EL GATO MONTES Y LA GATA PRINCESA – SEGUNDA PARTE

                                   

-“¡Hola gata princesa!, te dije que volvería y aquí estoy. La verdad es que tenía ganas de verte.

-“¡Hola gato montés!, después de todo lo que te dije, ¿te atreves a volver?

-“Nada tengo que perder, no te voy a hacer daño y, para ser sincero, todos los días me acuerdo de ti, ¿Qué tal te va por palacio?”.

-“Pues nada bien, mi padre te vio por las cámaras de seguridad y no le pareció bien, me recordó que eres plebeyo. La verdad es que estoy un poco aburrida, ¡lo tengo todo! Por cierto, tenía que hacerte una pregunta, ¿para que quieres me pediste mi número de móvil si eres errante y no tienes casa?, ¿Cómo pensabas llamarme?”.

-“No sabría que decirte, quería conversar y me dio por hacerte aquella pregunta. Yo no tengo móvil, soy montés, el destino me trajo hasta aquí, ¿tu crees en el destino?”.

-“Gato, yo también me acordé de ti, pero se el peligro que corres. Puede ser que en estos momentos mi padre nos esté viendo, así que mejor te marchas antes de que llegue la guardia y te detenga. Te acusarán de molestar a la princesa y lo pasaré mal, pero el corazón me dice que no te vayas”.

-“¿Entiendo que te puedes enamorar de mí?, ¿de un gato montés errante y plebeyo?...que será de ti, yo por mi parte, correré el riesgo, vale la pena. Yo no pienso que seas una princesa, solo una gata preciosa, y si, me puedes decir que hay mas gatas, ¡y seguro que montesas!”.

-“¿Pero porque tengo que ser yo?, ya tienen toda mi vida planeada, seré la Reina y un príncipe gato de otro país, al que ni siquiera conozco, que será mi prometido. ¡Vete gato montés, no dejes que te detengan, yo lo pasaría muy mal!, estaríamos los dos en palacio, si, pero tu en las mazmorras y yo en los jardines, llorando.”

-“¿Y qué solución es si me marcho?, no cambiará nada, te seguiré recordando y te seguiré queriendo. ¿Puedes salir de palacio?”

-“Nunca puedo salir sola, siempre me acompaña la guardia real, soy la princesa, la futura Reina, nuestro amor es imposible. ¡Vete gato querido, vete y no vuelvas más, así estaré más tranquila!”.

-“No quiero que tengas problemas princesa, me iré, pero recuerda que en cualquier parte que esté, yo, gato montés, estaré pensando en ti, ¡nunca te olvidaré!”.

-“¡Adiós, gato montés, adiós amor de mi vida, yo también te recordare, te amo y te amaré siempre!

Y así termina la historia de la gata princesa y el gato montés.

 

Vicente de casa Salvador.

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