-¡Buenos días, que tal, estás!
-De momento bien, ¿tomamos el té?
-¡Pues sí, a eso vengo!
-Hacía tiempo que no te veía, ¿todo bien?
-Hay Doña Fresquita, ¡si yo le contara!
-¡Cuente, cuente¡
-mire leí una noticia, no sé si será verdad
-¡No te fíes!, la prensa se las trae, ¿que decía?
-El hijo de un minero, licenciado en medicina
-¡En medicina!, ¿seguro?, ¡donde vamos a ir a parar, ¿que tal el hijo de su amiga la Marquesa de Ontelón?
-Bien, es muy inteligente, tiene 32 años y está en tercero de derecho, está repitiendo, muy difícil la carrera, quieren que sea Juez.
-¿Pero no repitió, también Segundo?
-Si, muy difícil la carrera, me dejó en una pieza, lo del hijo del minero.
-Ja, eso no es nada, ¡hay más noticias!
-Que sí, que hay más, el hijo de otro minero sacó después de la carrera, el doctorado.
-¡Como cambiaron los tiempos!, ¿recuerda señora Condesa aquellas fiestas de sociedad?
-Claro que las recuerdo, ¡había hombres con clase, pero hoy, que clase de hombres hay, no sé dónde vamos a ir a parar.
-Pues no es todo, hay peores noticias.
-¡Peores, no puede ser, cuente, cuente!
-La presidenta de uno de los bancos más importantes, es una mujer.
-¡Una mujer, eso no me lo puedo creer!
-Pues mira, esto sí que te lo puedes creer, la Reina es plebeya, ¡una plebeya!
-Donde vamos a ir a parar.
Saluz, paz y amor
Vicente de casa Salvador, octubre de 2024
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