SOBRAN LAS PALABRAS

                            

¿Qué es el progreso?

 ¿Que los bancos ganen más dinero, es progreso? ¿Que la pobreza esté creciendo cada vez más, es progreso?

 ¿Que las grandes fortunas, los más ricos, en dinero cada vez sean más ricos, es progreso? ¿Es progreso ver a las personas jugarse la vida para poder comer?

 ¿Tener trabajos precarios, ganar lo justo para poder llegar a fin de mes, es progreso, ver la sanidad, la enseñanza hoy día, es progreso? 

  ¿Dónde está el progreso? Recuerdo cuando la oración del padre nuestro, decía “perdona muestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores”

 ¿Que tiene que ver, las ofendas con las deudas? Puede ser que si hay progreso, ¿porque el amor tiene una palabra que es contraria al amor?

 Sobran muchas palabras, todas aquellas que no sean buenas para la buena convivencia, aprovechar el progreso y retirarlas.

 Decía un día un ex presidente del gobierno de España, en un pueblo, a sui al alcalde, “te tengo envidia sana”. ¿Acaso hay envidia enferma? 

  La envidia es mala, sobra la palabra, es sencillo, te admiro por el trabajo que estás haciendo, ¿no queda mejor? 

  Si todos pusiéramos de nuestra parte lo que hay que poner, tener que perder, para ganar, no pasaría lo que está pasando. Bonitos discursos, las palabras se las lleva el viento, lo vemos todos los años en los premios Princesa de Asturias. Al día siguiente, estamos en lo mismo, la que parece que desapareció, es la palabra diálogo, ¿alguien sabe o quiere dialogar?

  Para que hablar de la palabra consenso, (acuerdo). Ni locos, también lo vemos todos los días, ¿y nosotros que pintamos en todo esto?, pues nada desgraciadamente, y somos los que pagamos. Cualquier día pagamos el pan y no nos lo dan. Y así llevamos la vida, los hay que dicen, “mejor no lo escribo”, pero es que me acabo de acordar de Don Pelayo.

Salud, pan y amor.

 

Vicente de casa Salvador

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