Estos son los mensajes que he recibido de mi primo Marc:
“Hola Vicente,
“Intenté traducir tu poesía para Maryse, aunque no fue fácil. Ambos estamos gratamente sorprendidos por tu talento poético. Letras cortas que reflejan mucha sabiduría y experiencia vital. Muchas felicidades. Si yo fuera tú, los recopilaría y posiblemente los pondría en línea o los publicaría. Estamos convencidos de que muchas personas se reconocen en tus letras”.
“Mientras tanto, tú sigue escribiendo y creando nuevas joyas de la lírica”.
“Aquí también hay algunas verdades muy hermosas. Deberías tener tu propio blog en Internet y escribir una frase o una poesía cada día. De este modo, tendrías seguidores, lo que te daría el placer de saber que otros también aprecian lo que escribes y así, todos contentos”.
“Eso, por supuesto, es lo principal, que sigas disfrutando con lo que haces. Pero también te permite complacer a otros que encuentran apoyo y reconocimiento en tus escritos”.
“Si es así, ya es hora de que esto cambie. Muchas gotas pequeñas acaban formando un océano entero”.
“Como aquí. Pero la gente corriente y a la que le gusta la poesía apreciará sin duda tus letras. Así que haz lo que te guste y te haga feliz”.
“Definitivamente manténgame informado y si no funciona esta vez, entonces, seguro que poara la próxima vez”.
“Recordé que, ¡no hay honor en la victoria sin peligro!”.
“Ya has vivido, visto y oído tantas cosas que tiene una fuente inagotable de inspiración para compartir con el mundo. Todo lo que tienes que hacer es escribirlo con tus propias palabras. Lo que sale del corazón también llega al corazón de los demás. En eso consiste el arte, incluida la poesía, amigo mío”.
“En cualquier caso, seguimos creyendo en tu talento. Abrazos muy grandes de Maryse, los niños y yo”.
“Su texto Vicente sobre la Navidad es muy reconocible. Un día en el que nos acurrucamos, nos reunimos con la familia para resolver nuestras disputas y rencillas familiares, manteniendo las apariencias ante los hijos y nietos de que somos una familia ideal en la que el amor y el apoyo mutuo no tienen límites. Afortunadamente, todavía hay adultos que creen en esto, pero ¿cómo podemos soñar con un mundo mejor si a veces fracasa dentro de nuestra propia familia? Aun así, debemos seguir creyendo en ello, si no por nosotros, al menos por las generaciones venideras....”
Estas palabras dedicadas por mi primo Marc, fuero el germen de este pequeño proyecto que me he decidido llevar a cabo. Solo espero estar a la altura de sus palabras y agradecerle el haberme animado a que esto se hiciera realidad. Muchas gracias.
Salud, paz y amor.
Vicente de casa Salvador
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