Yo divido mi vida en cuatro fases.
Primera fase, los primeros 25 años. Segunda fase, hasta los 50. Ya he pasado la tercera ya que paso de los 75, así que estoy en los últimos 25, pero no me rindo.
No me arrepiento de nada, así lo dice el destino.
Puedo decir que toque el cielo, tengo de todo, estoy agradecido.
Siempre hay un per. Los recuerdos, entre ellos, mi madre, cuanto la echo de menos, cuanta injusticia, cuanta ignorancia, ella tranquila, seguía su vida, sabía querer, sabía sufrir, siempre serena, cuenta injusticia, cuenta ignorancia, que falta me hacía mi madre, me dio la vida, me lo dio todo y me enseñó el camino. No es responsable de mi destino, tal vez me equivoqué de camino, pero me hizo libre, así que ningún reproche. Nunca me dijo, “es un error, ten cuidado”, nada, solo tenía amor. Cuenta injusticia, cuenta ignorancia, estoy seguro que cualquier día cogeré el camino, y me acordaré de mi madre, ese es tu destino, ya no cuentan las injusticias, ya está liberada, de aquella ignorancia, cogió el camino, y paso a paso, con su bondad, me estará esperando.
Salud, paz y amor.
Vicente de casa Salvador
(Ilustración, enfoque del desarrollo del ciclo vital, de Paul Baltes)
Comentarios
Publicar un comentario