Era una tarde de otoño, ya se hacía de noche en el Occidente de Asturias, en un pueblo llamado Cerredo, pueblo culto y célebre.
Se reunieron en la base del teixo de casa Maura, el Tío del saco, el Papón y el Trasgo.
Empezaban a tener problemas. Toma la palabra el Tío del saco:
-“Yo no sé si vosotros tenéis el mismo problema que yo”
-“¿Que te pasa?”, le preguntaron los otros Mitos.
-“Pues, que hace tiempo que las madres no me llaman”, dijo el tío del saco
-“A nosotros tampoco”, contestan los dos compañeros
-“¡Que pasa, que ya no valimos para nada? Somos jóvenes, con experiencia”.
-“Pues, pasa que ahora las madres, les dicen a los nenos, ¡si no te duermes te quito la Tablet, y no te dejo andar con el móvil”, dice el tío del saco.
- “¡Maldito progreso, ese era nuestro trabajo!”, dice el Papón.
-“Hay que pensar algo”, dice el Trasgo, “está de moda la reconversión, tenemos que empezar, por lo menos yo, no quiero una jubilación anticipada, quiero seguir trabajando”
-“¡Pues tienes razón!, nosotros también estamos de acuerdo”.
-“¿Sabéis que el Picón y Pena Mayor, tienen un romance?”, dice el Trasgo.
-“¿Y como lo sabes?”, le preguntaron los otros.
-“Ayer sentí al viento decir, “Amada mía que suerte tienes, tú ves todo lo que pasa en el pueblo, te ven vestirte de blanco la primera, te pones muy guapa.
-“¡Eres un adulador!, me tiemblan las cheras, y eres el mejor pico del pueblo. Tengo siempre mirando a Pico Prieto, puedes estar tranquilo, tú fuiste el primero”,
-“Ya lo sé amada mía”.
-“Y justo debajo tienes la laguna de Changreiro, ¡no te cambio por nadie!”.
-”Hasta mañana, quizás te vean vestida de blanco”.
-“¿De verdad escuchaste todo eso?”, le preguntan. Y les dice el Tío del saco, “todo, mientras duró el viento”.
-“Hablaremos con ellos, llegaremos a un acuerdo, haremos de correo para estos enamorados.
Y así, los tres Mitos que tantos años estuvieron haciendo dormir a los nenos, cambiaron de trabajo.
No querían ir al paro.
Salud, paz y amor.
Vicente de casa Salvador
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