Se despedía todos los días de su familia, nunca sabía si volvería.
El vigilante por la galería, “¡venga guaje palea carbón!”. El picador picando, todos eran mineros, tres tajos al día, y después a postear. Primero daban la tira, el vigilante por la galería, los camineros, el caballista, todos eran mineros. Los tuberos y la mayor categoría, los barrenistas, que avanzan en la galería, todos son mineros. Los artilleros, entran cuando la mina está en silencio, ponen la dinamita, la llevan en una mochila colgada del cuerpo, cuanto peligro, también son mineros. El vigilante ya está en su oficina, es responsable de tanto peligro, también es minero, tiene esposa e hijos, también se despide todos los días. Los capataces, el ingeniero, también son mineros. Un día no salen todos, faltan lámparas en la lampistería, da la alarma algún minero picando carbón, en la galería, el caballista, todos son mineros. Alguno dejo de serlo, ya no es minero, se había despedido, un día u otro sabían lo que es la mina. El vigilante da la noticia, unos días de luto, y vuelta a la mina, los que pasan la vida siendo mineros y se jubilan, están con silicosis, los pulmones cubiertos de polvo negro.
Eran mineros, con libertad así lo decidieron, cuanto pasaron en aquellas huelgas, cuánta injusticia, volvían al tajo con la cabeza muy alta, eran mineros.
Hoy noticia triste, es la mina, se despidieron de su familia, ya no son mineros, se acabó su vida, no volverán a la galería, que sentimientos, que dolor, es el destino, unos días de luto, y otra vez a la galería, así es la mina.
No sé pudo evitar, desgraciadamente.
Pola de Siero, 2024.
Vicente de casa Salvador.
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