Otra vez a las andadas, y van tres.
¿Y a ti que te importa, acaso te doy problemas?
No hombre, hay más mujeres, estas a punto de cruzar la línea roja.
Tú siempre, controlando, ¿porque no te preocupas de otras cosas?
Mi hija, mi nieta, ¿no te preocupan?
No te estoy hablando de la familia, si me preocupa, pero parece que solo hay una mujer en la tierra.
Tranquila, mientras no te dé problemas, no te metas donde no te llaman, acaso no la respeto, ¿te parece mal que la quiera?
Ahí quería que llegaras, ¿te quiere ella a ti?, nunca te dijo nada.
Mira conciencia, sabes mucho de ética, de moral, de valores, pero de amor no tienes ni idea. Pues claro que me quiere, es amor fraternal, tú qué sabes de eso, ¿acaso no fue ella la primera que me pidió amistad?, ¿te enteras, amiga conciencia?, ¿no fue ella la me dijo, que también sentía mariposas en su estómago? Me recordó lo de la carta, que pretendes que me diga, ven a buscarme y nos fugamos, pero conciencia, que somos civilizados, que tengo los pies en el suelo.
Bueno, tampoco te vengas arriba, a mí no me acojonas, por lo que veo, tú crees que te quiere, y eres feliz, ya no la ves, estas muy lejos de ella, tienes tu vida, ella tiene la suya, muy difícil, ¿no crees?
¿No tienes nada que hacer? Porque no te lías con otra conciencia y me dejas en paz. Seguro que si me lío con otra mujer empezaras… ¡qué vas hacer!... ¡quiero vivir tranquila!, ¿te parece mal que la quiera?
Estás un poco pesada, ¿te cae mal?
No todo lo contrario, la admiro, te tiene bien atrapado. Mira, te voy a decir algo, como veo que eres de piñón fijo, no me des problemas, y haz lo que quieras, total, lo vas hacer igual.
Salud, paz y amor.
Vicente de casa Salvador
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